Testigo de Jehová ató a su hijo a una camioneta y lo arrastró sin piedad

Gloucestershire, Inglaterra.

Un joven contó las torturas que sufrió cuando estuvo con su madre adoptiva. La mujer fue condenada a 14 años de cárcel por sus constantes maltratos.

"Hacía lo que me decía", confesó Chris, quien desde los tres años vivió con una Testigo de Jehová que lo maltrataba para que alcanzara la salvación de su espíritu.

"Se agachó para atar mi pierna a una cuerda. Me quedé parado y dejé que lo hiciera. Sabía lo que iba a pasar", relató el joven de 19 años. Se trata de la primera vez que Chris cuenta su historia. El juicio a Eunice Spry concluyó y su sentencia fue de 14 años de prisión. Ni siquiera en la Corte se animó a narrar qué pasó aquel día en que lo anudó a una camioneta.

Él tenía diez años y ya había sido obligado a caminar detrás de la Van de su madrastra. Asumió que si no generaba un escándalo, lo mismo sucedería en aquella oportunidad. Pero estaba equivocado.

"Ella apretó el acelerador y me preparé para correr. Pero mi pierna salió volando y caí al piso. Comencé a ser arrastrado a gran velocidad. Mi cabeza se acercaba al piso de concreto y mis brazos volaban sin control", recordó el joven. El roce con el suelo comenzó a desgarra la piel de Chris. Su remera quedó destrozada y su cuerpo malherido.

"Por un momento estuve cara a cara con el piso. Mi boca y mi nariz se llenaron de barro y me costaba respirar". El dolor que sentía en la pierna era cada vez más intenso. "Pensé que se iba a desprender de mi cuerpo", narró el muchacho al diario The Sun.

Muy conmovido por sus recuerdos, Chris confesó que pensó que iba a morir con los maltratos de su madrastra. Con sus padres biológicos enfermos, no tenía escapatoria. Junto a otros dos chicos logró sobrevivir.

La mujer fue condenada por los malos tratos que incluyeron agresiones físicas, verbales y la falta de alimentación. Hasta llegó a obligarlos a comer su propio excremento y vómito.