Estados Unidos.
El agresor de la niña Érica Rodríguez tiene nombre y rostro: Manuel Beliz.
A pesar de haber sido sentenciado a 11 años de prisión por violación, fue reintegrado a la membresía de los Testigos de Jehová luego de un breve periodo de leve “excomunión”. Durante el juicio penal, el líder contó con amplio apoyo moral de sus amigos Testigos, de las autoridades de su organización y de familiares practicantes de la misma fe.
Por su parte, Érica, quien se vio obligada a iniciar el doloroso proceso judicial a la corta edad de 21 años, fue estigmatizada, aislada y considerada “traidora” por haber acudido a las autoridades por haber acudido a las autoridades a denunciar al líder que abusó sexualmente de ella de los cuatro a los 11 años de edad.
Lo que más resalta al examinar el caso es una solidaridad feroz en torno al líder religioso mencionado, la cual contrasta con la indiferencia inconcebible hacia una niña que vivió encerrada en un infierno de vergüenza y dolor por siete años. Siete años paralizada ante la amenaza del líder de expulsarla de los Testigos de Jehová a ella y a sus padres si lo denunciaba por violarla.
La solidaridad, un rasgo distintivo de la cultura latina, frecuentemente se pervierte dentro de estructuras religiosas autoritarias. Entonces se torna en encubrimiento y complicidad que favorece el silencio. Esa secrecía en que florece la impunidad que destruye a los más vulnerables.
Tomado del libro La explotación de la fe
Ediciones B2008
Los Ataques Terroristas en París y el Fanatismo de los Testigos de Jehová y
la Watchtower
-
En vista de los terribles ataques terroristas recientemente ocurridos en
Paris el 13 de Noviembre de2015, se me hace imposible no recordar lo
similar de l...
9 years ago
No comments:
Post a Comment